En San Salvador, que el sábado bajó el telón a la versión 24 de los Juegos Centroamericanos y del Caribe, el deporte dominicano defendió por los pelos ese quinto lugar que asaltó en 2010 y no ha cedido en cuatro ediciones en fila, y logró su máxima cosecha cuando Cuba ha estado presente en la competencia multideportiva más vieja del continente.
Igualada en 25 títulos con la cita anterior (2018) y con un ligero incremento de seis medallas en totales (111 desde 107), hay que irse a 1993 para encontrar un aumento inferior entre una competencia y otra, cuando han asistido todos los actores del área.
¿Avanzó el deporte quisqueyano en el último lustro en la competencia a la que el país envía su mayor delegación? ¿Se estancó? ¿Mejoró? El medallero deja espacio para plantear las tres opciones, sobre todo a la reflexión ante que al júbilo colectivo si se toma en cuenta que esta vez el país duplicó la inversión para tomar parte en el certamen.
Para 2018, el gobierno destinó RS$168 millones para participar en Barranquilla, que a la tasa de cambio de entonces representó US$3,3 millones. Ahora el desembolso alcanzó los RD$427 millones, que llevados a dólar estadounidense se frisa en US$7,6 millones.
La mejora de siete preseas de plata con relación a cinco años atrás es un argumento que pesa a favor de quienes ven el desempeño final como un salto, aunque ligero en el certamen ganado por México por tercera edición en fila y donde Cuba cayó al tercer lugar, cediendo por primera ante Colombia.
En San Salvador se vio a Marileidy Paulino, Yvonne Lozos, María Dimitrova, Beatriz Pirón, Audrys Nin, Alexander Ogando, Bernardo Pié y Nick Hardt confirmar su jerarquía.
También ha sido la competencia del ciclo de coronación de jóvenes figuras como Marysabel Senyú (salto alto), Rosa Ramírez (impulso de bala), Cristian Pinales (boxeo), Dahiana Ortiz y Yudelina Mejía (halterofilia).
El voleibol femenino extendió a seis su cadena de oros, el softbol masculino dio un golpe sobre la mesa y el básquet masculino dio la otra gran alegría en los deportes de conjuntos, aunque la plata de las damas del baloncesto también tuvo un sabor dorado.
El béisbol volvió a ser el cólera de la afición al no subir al podio y la grada pidió, otra vez, la cabeza de la dirigencia federada.
El salvador de la delegación
Semanas antes de los Juegos, Gerardo Suero Correa, presidente de la Federación Dominicana de Atletismo, afrontó una rebelión por no incluir a José Rubio entre los entrenadores y los velocistas Fiordaliza Cofil y Juander Franco amenazaron con boicotear su participación de no rectificar.
Suero mantuvo el veto a Rubio y aseguró que el país conseguiría 11 medallas.
Los atletas de campo y pista evitaron que hoy dominara el discurso de «fracaso» en El Salvador. El atletismo logró 14 medallas, sus cinco títulos fue el más alto entre la delegación y solo pesas (16) lo superó en totales.
El boxeo rozó la decena de medallas y con dos oros y cuatro platas sale reforzado en su ciclo de renovación en la mayoría de los pesos.
En natación no se contienen la alegría. Entre nado y clavado han conseguido seis metales, impulsado por el clavadista mexicano naturalizado Jonathan Ruvalcaba, quien se colgó tres platas y un bronce.
Los 25 oros dominicanos
Atletismo: Alexander Ogando (200 metros), Marileidy Paulino (400 mts), Marysabel Senyú (salto alto), Rosa Ramírez (impulso de la bala) y Relevo 4X400 mixto.
Boxeo: Alexy de la Cruz (63.5 kg) y Cristian Pinales (80 kg)
Básquet: Masculino
Canotaje: Kayak masculino 500 mts
Ecuestre: Yvonne Lozos (individual y overall)
Gimnasia: Audrys Nin (salto)
Karate: María Dimitrova (kata), Anel Castillo (84 kilos) y Pamela Rodríguez (68 kilos)
Tiro con escopeta: Eduardo Lorenzo (fosa)
Softbol: Masculino
Taekwondo: Bernardo Pié (68 kilos)
Tenis: Nick Hardt (individual), Peter Bertran y Kelly Williford (dobles mixtos) y Copa de Naciones (Hard, Bertran y Roberto Cid)
Voleibol: Femenino
Pesas: Dahiana Ortiz (49 kilos, arranque), Beatriz Pirón (49 kilos, marcha) y Yudelina Mejía (87 kilos, marcha).